Sociedad: Las dificultades de ellas... y todo por ser "minas"

Tarde llegó Kramer a los consejos. Me dijo, regresa a lo de las minas y puede que me hagas el peso (¿el peso? schiit, igualito que la encuesta que puso en su blog). Pero yo tengo amigos blogueros zorros, de esos que a uno lo salvan, que se las saben por libro y cuya inventiva está probada en todas partes. Uno de ellos me envió por msn una nueva idea de post, en base a una temática que el mismo antes me hizo tocar en este sitio. "Las mujeres y el mundo moderno". Thanks Ocares, maestro de maestros... Aquí plasmo tu genio.

Las minas tienen un peso específico menos que nosotros. Es cierto, anatómicamente hablando, claro. Pero alguien me podría decir, apelando también a lo corporal, tienen dos pesos más que nosotros en el sobrevientre, aunque también hay hombres gordos tetones que les hacen la pelea y hasta se las empatan. En fin, no va por allí el análisis de hoy, sino por los inconvenientes sociales de ser mujer. He aquí diez razones porque las mujeres son discriminadas en el mundo moderno sin otra excusa más que... "es así porque nosotros damos siempre y ustedes reciben siempre"(a buen entendedor, pocas palabras). Bueno, eso salvo contadas excepciones. La idea no es que se rían esta vez aunque es inevitable conmigo. Lo ideal es que se vean y sepan que hoy en día, las mujeres, a diferencia de los hombres deben:

1. Mostrar sutilmente que deben por mandato machista lucir sus piernas y las pechugas en la pega, con uniformes escotados, con faldas a la rodilla o con trajecitos ajustados. ¿O ha visto que a los hombres se nos exiga socialmente usar pantalones rebajados para mostrar si tenemos más que un poto plano como tabla o poleras ajustadas antiponcheras para erradicar las guatas?

2. Evitar los eruptos públicos porque son señal de mala educación. De ordinariez, de poco tino. Y si el niñito se tira un chancho que nos dicen... "ahhh, ajajaja, que chistosito el gil".

3. Evitar los garabatos. El hombre que los dice "es choro y honesto, no se anda con doble discurso". La mujer que los dice es picante, de bajo mundo. Poblacional o periférica. Y para decir uno deben ser bien medidas, cada diez palabras y sin sacarse el cuesco de la aceituna de la boca, todo para que ella pase por "alternativa" y coloquial.

4. Ir siempre a un baño. ¿O si usted ve a una niñita chica meando a poto pelao en la plaza no despotrica contra los padres? En cambio, si el niñito chico dice la palabra mágica "pipí", inmediatamente la madre protectora del novel riñon accede a bajar el pantaloncillo de su retoño para regar el paisaje ante la mirada tierna de la plebe que ve en esto "un acto de la naturaleza".

5. No hablar de fútbol. Si una chiquilla llega a un club de Tobby, analiza a los equipos, le acierta a todas las alternativas del partido y más encima se gana el derecho a opinar (cosa que ya es media imposible), lo más seguro es que cuando se vaya, todos digan al unísono... "oye, esta h... no tiene ni p... idea de lo que estaba hablando".

6. Ganar menos. Si usted es una chica trabajadora y profesional, por más guapa, eficiente, trabajadora y aporte que sea ganará menos que el pastel que ocupa su mismo cargo y se va en puro ocupar el PC para flirtear minas por msn en la oficina. La razón... él es hombre. Si usted quiere superarlo sólo puede hacerlo accediendo a un puesto superior. Y para ello deberá usar sus encantos con un jefe que... casi siempre es también hombre.

7. No ser descaradamente infiel. La sociedad la apedrea como a Maria Magdalena. Y al hombre, hasta algunos parientes y amigos lo tapan porque "es una canita al aire no más, necesaria para que se ventile la relación". No es que ellas hoy en día no sean infieles. Todo está cambiando, ya lo sé. Ellas ahora lo son y en gran masa. Lo que pasa es que por ser féminas deben saber hacerla mejor no más porque se están echando una familia constituida por puro descontrol de hormonas. En cambio, él cuando es infiel, esta reparando los errores de un marido que no satisface a su pareja ocasional. Nada más injusto pero cierto. ¿La ley del embudo, verdad?

8. No debe fumar mucho. El hombre que fuma harto es varonil, intelectual, un tipo de café y de conversación interesante para el mundillo exterior. Si ella fuma mucho es el preámbulo de la mina marihuanera, desatada y que tiene problemas de sexo y debe recurrir al cigarro para calmar la ansiedad de estar con al agua cortada o bien mal atendida. Tampoco debe beber más de una copa o dos. Si el hombre lo hace, es macho y tiene aguante. Funciona mejor con alcohol. Ella es una curahuilla que ahoga sus carencias en alcohol, una descontrolada, una inconsciente, una mujer sin decencia, con mala base desde el hogar, etc. ¿O me van a decir que la gente no las ve así si se curan?

9. La mujer no puede hablar de sexo deslenguadamente. Los hombres sí y es porque tenemos mayores miedos de expresar nuestra sexualidad y por eso recurrimos a la talla, al doble sentido y a la chacota inverosímil. Si ella lanza una talla de doble sentido "esta lista", "le gusta poco" o es la próxima presa a cazar. Es caliente, se come el italiano sin pan, es indecente y no tiene modales de señorita. ¿Cambia la cosa según el género o no?

10. No ser buena pa'l peo. Es un problema porque con la mujer en el trabajo ahora los niveles de estrés y colon irritable son iguales. Pero si el hombre se caga seguido es porque come más, porque su sistema intestinal es más potente y debe evacuar para mantener sus niveles internos equilibrados. Si ella hace lo mismo es chancha e hija ilustre de la picantería no más. Injusto pero real...